Esta mañana se inauguró oficialmente el curso académico 2020/2021. Fue una inauguración marcada por las nuevas circunstancias que la crisis sanitaria debida a la covid-19 impone. Aun así, un centenar de estudiantes y profesores se conectaron a través de Blackboard para seguir la conferencia que el rector de la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona y doctor en Filología, Rafael Sánchez-Ponga Salamanca, ofreció a toda la comunidad educativa de la Escuela. En ella, Sánchez Ponga desgranó los avatares que marcaron la expedición de Magallanes-Elcano y se centró en el papel de un grumete: Gonzalo de Vigo. Este humilde marinero fue el único superviviente de la fallida vuelta emprendida por Gómez de Espinosa. Eso le obligó a permanecer en las islas Marianas. Allí no solo se integró como uno más y aprendió la lengua de los indígenas, sino que fue atesorando saberes y conocimientos claves para los expedicionarios españoles. Desempeñó un papel fundamental como intérprete y mediador entre los indígenas. Un hombre que parecía destinado al olvido y tener un rol secundario en la Primera Vuelta al Mundo, como tanto otros que se enrolaron en esta aventura, pero que, gracias a su capacidad de adaptación, su tenacidad e inteligencia, es hoy conocido porque su actuación salvó a una expedición que cambió la historia.
El acto se cerró con unas palabras de la directora, María Jesús Ayuso Manso, quien destacó la audacia de esos navegantes y marineros que arriesgaron e hicieron frente al pesimismo y la adversidad. Un ejemplo también para nosotros en este curso académico tan extraño e incierto. Por eso, la directora recuperó un verso del poeta peruano César Vallejo para animarnos en la tarea que tenemos por delante: “Hermanos, hay muchísimo que hacer”.