Dice el escritor Luis Landero que la literatura no se enseña, sino que se contagia, y para contagiar algo como la literatura se necesita, al menos, una buena dosis de entusiasmo. Eso, un entusiasmo único, encontró la semana pasada el alumnado de Didáctica de la Lengua y la Literatura española en Rosa, la bibliotecaria de la Escuela, quien durante una hora les presentó obras de diferentes géneros como cuentos en los que pudieron analizar los recursos característicos de este género. Así, como niños, disfrutaron de Lica, del príncipe de los enredos, de O Cuquedo, de la princesa Margarita o de la historia de Pupa y su abrigo entre otros, contagiados por el entusiasmo de Rosa. Una clase diferente de literatura y un modo de acercarse y conocer el fondo bibliográfico de la Escuela.