María Caride Lamo, alumna de 4º curso del grado de Educación Primaria: “Lo fundamental para mí fue la confianza y la amplitud de mente que gané durante mi Erasmus”

María Caride Lamo, alumna de 4º curso del grado de Educación Primaria: “Lo fundamental para mí fue la confianza y la amplitud de mente que gané durante mi Erasmus”

Aprovechando su participación en la charla informativa sobre los programas de movilidad del pasado jueves, hemos hablado con María Caride, una alumna que el curso pasado estuvo de Erasmus en Finlandia. Así fue su experiencia.

¿Dónde has estado de Erasmus? ¿Cuánto tiempo?

Mi experiencia Erasmus fue en Finlandia, concretamente en la Universidad de Helsinki. El curso empezó a finales de agosto y finalizó en noviembre, justo antes de Navidad. Mi estancia en Helsinki se extendió durante cinco meses y medio, ya que por motivos educativos decidí irme un poco antes y volver a Vigo un poco después.

¿Qué ha supuesto para ti académica y personalmente esta experiencia?

Para mí lo ha supuesto todo, tanto en el aspecto académico como personal. Durante la carrera, siempre estamos hablando de metodologías experimentales que podemos emplear con nuestro alumnado y diseñando actividades con este fin. Sin embargo, es un diseño en el aire, pues falta llevarlo a un aula. Por eso creo que es bueno comprobar primero nosotros si esas metodologías funcionan, experimentarlas en primer lugar nosotros como futuros docentes.  En el ámbito personal me ha proporcionado gran autonomía y seguridad, puesto que coger las maletas e irte tú sola a un país desconocido no es fácil. También me ha enseñado a resolver con autonomía los problemas que me han surgido y, además, en un idioma que no era el mío. Por ello, lo fundamental para mí fue la confianza y la amplitud de mente que gané durante mi Erasmus.

¿Cómo valoras la experiencia? ¿Qué destacarías de Finlandia?

Ha sido una experiencia insuperable, una cultura diferente, un sistema totalmente desconocido para mí porque, aunque se hable mucho de él, hay que estar allí para verlo y vivirlo. No todo lo que se vende o dice es cierto. La visión y el respeto que existe sobre la educación desde todos los ámbitos de la sociedad es envidiable, también la forma de trabajar en equipo, la manera de distribuir las clases, de impartir las materias e incluso la ratio profesor-alumno. He vuelto con muchas ideas, más perfilada como futura docente y teniendo más claro lo que me gustaría y lo que no en práctica laboral.

En cuanto a la universidad, destaco que el plan de estudios se puede configurar según los intereses del alumno, pues allí tienen la filosofía de que cada uno es responsable de su conocimiento. Es envidiable el apoyo del gobierno a los estudiantes, pues en este país se les considera pre profesionales (en nuestro caso pre docentes) y, por ello, reciben un pequeño sueldo, además de disfrutar de muchas otras ventajas y soportes educativos.

¿Te has encontrado alguna dificultad durante tu estancia allí o después? 

No me he encontrado con ninguna dificultad en ningún momento del proceso. Tanto en Finlandia como en la UVigo tienen todo totalmente controlado y hacen un seguimiento impecable del alumnado, por lo tanto, estoy más que satisfecha. El único detalle es que, en Helsinki, solo se pueden cursar las asignaturas que se imparten en inglés y es una pena, porque tienen asignaturas en finés y en sueco muy interesantes.

¿En el ámbito educativo, qué es lo que más te ha llamado la atención del país de destino?

Muchos aspectos entre los que destacaría: la autonomía de los centros a la hora de diseñar o modificar el currículum, la importancia que se le concede a la educación en la sociedad, la filosofía educativa que persigue formar a personas autónomas desde la etapa de infantil, la organización de los centros escolares (espacios, ratios, metodologías…), el trabajo interdisciplinar o cómo se logra la inclusión de todo el alumnado.

¿Recomendarías una experiencia como esta? ¿Por qué?

La recomendaría al 100% y no solo en Finlandia, sino en cualquier país. Como futuros docentes tenemos que tener una mente abierta y empaparnos de todo lo que nos rodea. Cuando entramos en un aula, nos convertimos en un centro de referencia, por eso cuanto más experiencias y conocimientos atesoremos, más calidad y más enriquecedora será nuestra labor docente.