Es un caso, dicen algunos, insólito. Lleva toda una vida en la Escuela: primero como alumna, luego como profesora. Y en todo este tiempo ninguna queja, ninguna mala contestación, ninguna mala cara. Solo trabajo, responsabilidad, vocación y un gran sentido del humor. Este caso insólito es Fernanda. Ayer fue su último Día del Maestro en la Escuela, porque se jubila este curso, y quisimos hacerle un pequeño homenaje. Ella, emocionada, reconoció que había dado lo que había podido y que había recibido lo mejor. Dijo que esta profesión era maravillosa y animó a los alumnos a disfrutar de ella. Es maravillosa, sí, sobre todo si tienes el ejemplo de profesoras como Fernanda cerca que con su trabajo gustoso aligeran el día a día. La vamos a echar de menos, decían algunos. Sí, pero aún nos quedan unos meses para seguir aprendiendo…