El pasado 27 de febrero echaba a andar el taller de teatro. Un grupo de 11 valientes, movidos por la ilusión y el entusiasmo, empezaron a reunirse una hora todos los martes. Desde un principio tuvieron claro que les gustaría concluir el taller con la representación de una obra. Para ello, debieron hacer frente a dos escollos: la elección de la obra y la escasez de tiempo para representarla. Una vez superado el primer escollo, sabían que solo les quedaba trabajar mucho, más allá de los martes, para poder superar el segundo obstáculo. Todo ha sido fácil, gracias a la implicación y el esfuerzo de los actores. Cuando surgía un problema, inmediatamente aparecía una solución en forma de mano levantada.
Así que, conscientes de estas circunstancias, el pasado martes 15 de mayo, los actores se mostraban satisfechos y orgullosos de su trabajo. El público se dejó llevar por las peripecias de un pequeño gorrión perdido en un bosque invernal. Era una obra sobre el valor de la amistad, una amistad que también se hizo patente en el escenario entre los 11 actores, pendientes siempre del compañero para que todo saliese bien.
Tal vez el próximo año podamos disfrutar, ya con más tiempo, de un nuevo taller de teatro.